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Día Internacional de la Costurera:
En este dia tan especial, 14 de Octubre, recordamos el arduo y abnegado labor de todos(as) las costureras, modistas y diseñadoras, en la creación, confección e innovación de prendas de indumentaria, saludándoles afectuosamente y deseando que tengan un dia maravilloso y de bienestar junto con sus seres queridos.
Felicidades
Que nos dice la historia
Sus inicios remontan hace 20 mil años, existieron las primeras especies humanas, los Homo Sapiens, quienes marcaron el inicio del oficio de la moda y costura, utilizando pieles de animales como vestimenta, para despilararse y cobijarse de las condiciones climáticas adversas de ese época.
Y conforme paso el tiempo, se comenzaron a fabricar hilos y bordados con fibras de animales o vegetales, que servían para cocer otras piezas más pequeñas de pieles, aumentando la eficiencia de sus diseños y logrando personalizarlos.
Con el paso del tiempo y llegando al año 1675, donde Don Luis XIV había establece un gremio de costureras de París, debido a que existía una gran demanda de artesanos especializados en este oficio.
Se podría decir que durante siglos el hombre había sido el protagonista visible en los oficios de la costura, como lo son los sastres que habían monopolizado los gremios manteniendo la exclusividad en el prestigio y el control de la producción.
Otro impulso que recibe esta industria textil, es partir de las creación de las maquinas industriales, las que se habían concedido en Inglaterra en 1755, en Austria en 1819, en los EE.UU. en 1826, Francia en 1830 y con Elias Howe, quien patentó la primera máquina de coser ropa en 1846 domestica.
Sus desarrollos fueron presentados en la oficina de patentes, el 22 de septiembre de 1845, y su solicitud de patente se completó 17 de mayo 1846, concediéndosela el 10 de septiembre 1846.
En 1851, Isaac Merritt Singer, un maquinista de Boston, Massachusetts, introdujo la primera máquina de coser a escala para uso doméstico. La patente se publicó 30 de mayo 1854. Aunque las primeras máquinas Singer se basan en el concepto de Howe, más tarde se patentó el brazo rígido y una barra vertical para mantener el paño contra el movimiento ascendente de la aguja.
Con estas dos patentes se logro masificar la producción de maquinas domesticas alcanzando un gran cambio para el mundo textil de las costureras y confeccionistas local. Influyendo en el siglo XVIII que las mujeres puedan ganar terreno en varias de las actividades relacionadas con el vestir.
Durante el siglo XIX, la clase burguesa adinerada comenzó a generar un gran interés por la moda en toda Europa, aumentando la demanda en la creación y confección de productos, lo que permitió a las costureras desarrollar su oficio por cuenta propia, cosa que para la fecha estaba prohibido.
Posteriormente, con el avance de la industria textil, la oferta de tejidos se diversificó y abarató, aumentando las confecciones manuales.
A pesar del reconocimiento de la actividad artesanal femenina dentro de los gremios, el férreo control que ejercían éstos impedía un desarrollo lógico de la actividad de los oficios de la costura, adecuado a las nuevas estructuras del consumo y a la industrialización del sector textil.
La Revolución Industrial afectó a la actividad artesanal, pero no es hasta la segunda mitad del siglo XIX que la industrialización se aplicó a la ropa, con el avance de la industria textil se abarató y diversificó la oferta de tejidos, lo cual propició un aumento de las confecciones por entonces aún manuales. pero la máquina de coser doméstica revolucionó las costumbres en cuanto a la realización.
La segunda mitad del siglo XIX sería testigo de grandes cambios en el sistema moda: desde los hábitos de consumo hasta los de producción y distribución.
Con la aparición de la “Haute Couture” (Alta Costura) se establece la creación de prendas de moda a la medida de cada cliente, con materiales de alta calidad y cuidados detalles. Este hecho se enlaza con los propios orígenes de la figura del diseñador, reconocido como creador y con ello, se produjo la inauguración de la “era de la Marca”.
Pero este hecho no hizo desaparecer el oficio de la costura en otros niveles, la costurera mantuvo su actividad, ya fuera en talleres o por cuenta propia.
En los primeros años de esta década la manera de proveerse de ropa era, en las clases menos favorecida, a través de la costura en el hogar: coser era una habilidad que toda mujer debía dominar desde su más temprana edad. Esta labor podía ser compartida con las sirvientas, en las casas que podían permitírselo, y con las costureras ‘externas’ o pequeñas tiendas en aquellas que podían pagarlo.
Es la época en que muchas jóvenes se desplazaron hacia las ciudades, en las que se incorporan a los talleres como costureras o trabajan por su cuenta ofreciendo sus servicios a las casas de la burguesía, donde muchas veces las condiciones laborales no eran las mas adecuadas para las jóvenes y horarios de jornadas de casi 20 horas.
La historia de los orígenes de la industria de la confección esta ligada en la época antigua al cobijo de las condiciones climáticas y condiciones de vida y en la era moderna, con los cambios producto de la 1 Guerra mundial, revolución industrial y movimientos feministas, donde principalmente las mujeres buscaron otras fuentes laborales.
La situación seguirá cambiando con el tiempo, producto de luchas, protestas y cambios a nivel industrial y tecnológico, de todas formas en la actualidad muchas mujeres se dedican a este maravilloso oficio ya sea desde sus lugares de trabajo o desde sus casas y a ellas les deseamos:
¡Feliz Día de la Costurera, diseñadores y modistas!